Localidades asistidas por el padre Ronchi
Puerto Yungay y Caleta Tortel
LOCALIDAD DE PUERTO YUNGAY Y CALETA TORTEL
Coyhaique 12 de febrero de 2006
Los habitantes de la región podrán imaginarse fácilmente lo que es viajar hoy en día a Puerto Yungay o a Tortel y también sabrán lo que era desplazarse hace unos 20 años en esa zona, tiempo en que el padre Ronchi misionó en esas localidades generando proyectos y acompañando las necesidades de los pobladores. Si Usted no conoce la zona trataremos de graficar brevemente lo que significa, junto con ilustrarles el objetivo de este viaje que decidimos emprender en nombre de la fundación.
Partí desde Coyhaique a las 9:30 horas hacia el cruce de Puerto Guadal en bus en un viaje que dura entre 6 y 7 horas, recorriendo alrededor de 280 kilómetros de los que solo hasta Cerro Castillo (104 kilómetros) son pavimentados. Allí me esperaba Pedro Sade para continuar en su vehículo rumbo a Cochrane, distante como 70 kilómetros, en un camino de ripio que bordea el gran río Baker, río en el cual se planifica construir una serie de represas para generar electricidad que inundaría parte de los valles que se observan desde el camino y que son de una belleza espectacular. En Cochrane recogimos a Don Francisco Velásquez y nos dirigimos a Puerto Yungay distante 125 kilómetros al sur. Llegamos cerca de las 10 de la noche a Puerto Yungay, donde a parte de las instalaciones del CMT (Cuerpo Militar del Trabajo) Don Francisco y su señora habitan una de las cuatro casas que el padre Ronchi construyó por los años 80 con la intensión de levantar un pueblo, ya que en ese lugar deben embarcarse los pasajeros que viajan a Villa O’higgins cruzando el estero Mitchell.
Después de viajar alrededor de 470 kilómetros desde Coyhaique es difícil imaginar como el Padre Antonio llegaba a estos rincones donde invierno prácticamente desaparecían bajo la nieve y la lluvia, cuantas horas de a caballo o haciendo dedo a los pocos vehículos (muchas veces fiscales) que transitaban por estas rutas agrestes y solitarias.
Pero no tan solo construyó 4 casas en Puerto Yungay, también un colegio una capilla y otras instalaciones para generar trabajo a los posibles habitante, incluyendo la infaltable turbina para generar la energía necesaria para el pueblo. Se dice que en algún momento se realizó una consulta a los habitantes de Tortel para que se establecieran en Puerto Yungay dadas las condiciones de aislamiento en las que se encontraba esta localidad en la que solo un acceso por bote desde Puerto Vagabundo o el ingreso de una avioneta hacían posible la entrada o salida desde Tortel.
Por la mañana del día siguiente pudimos hablar con Don Franklin Cares, el suboficial a cargo de las instalaciones del CMT, quien amablemente nos mostró las instalaciones que habían sido construidas por el Padre y los antecedentes que ilustraban el estado y uso de cada una. Al entrar a la capilla nos impresionó el cuidado y delicadeza que se había puesto en su conservación y la simpleza y belleza de su construcción, la luminosidad de la mañana le daba una imagen resplandeciente casi mágica que fácilmente nos hacía evocar esa sonrisa fresca y franca del Padre Antonio.
Visitamos también las 4 casas que se emplazan al frente de la capilla y que esperamos poder restaurar y mantener para que presten un servicio como refugio a los habitantes de la zona y como alternativa turística a los visitantes, lamentablemente el colegio se quemó y no quedan rastros de su emplazamiento. Abordamos la barcaza “Padre Antonio Ronchi” que lleva el nombre en honor a la obra del Padre en la zona. Esta barcaza hace el trasbordo desde Puerto Yungay hasta la rampa de Río Bravo que permite llegar hasta Villa O’higgins, última localidad al sur de nuestra región. Estar allí, entre cipreses que crecen como maleza, rodeado de bosques impenetrables, cercado por desafiantes acantilados golpeados por las aguas del mar que pareciera trepar hacia la cordillera, es imposible no sentirse pequeño a merced de las verdaderas fuerzas de la naturaleza milenaria, el agua, el verde, la tierra. ¿Cómo hizo el Padre para llegar aquí con los materiales de construcción necesarios y gente para pretender formar un pueblo, anticipándose a cualquier proyecto y a toda planificación fiscal? ¿Cómo hizo para mantener este proyecto y sostenerlo a pesar de las inclemencias propias de la zona sin toda la parafernalia estatal que se despliega después de los miles de estudios y diagnósticos de rigor? Todo a pulso y poniendo a la Madre de la Divina providencia delante de cada proyecto, diría el padre.
Al final de la mañana partimos a Tortel, distante a 50 kilómetros, por el camino nuevo que por fin comunicó a esta localidad al resto del territorio, aquí, literalmente, es el final del camino. En Tortel el Padre construyó una capilla una radio FM y solventó diversos proyectos productivos. Testimonio de este esfuerzo es el casco de la lancha que trajera para mejorar el traslado de pasajeros y estimular las actividades productivas de la localidad proyectos emprendidos por el padre, las historias de la comunidad cristiana y de los distintos comités que formara, deben ser escritos por los propios protagonistas, por lo que los invitamos, por medio de este artículo, a ayudarnos a comprender la visión de este sacerdote y la interacción con la comunidad.
Puerto Gala, Isla Toto
Puerto Gala es una localidad ubicada en la intersección de los canales Jacaf y Moraleda, en el litoral norte de la XI región. Esta localidad esta compuesta por un grupo de cinco islas (Isla Toto, Isla Chita, Isla Padre Ronchi, Isla Gala , Isla Sin Nombre). Tres de ellas están habitadas formando pequeñas caletas que se unen por medio de pasarelas y un puente que une la Isla Toto con las Isla Padre Ronchi. Esta localidad fue reconocida por el estado el 21 de agosto de 1999, fecha en que se declaró la fundación de este pueblo.
Parte de la historia de este poblado esta registrada en un video que fue producido por el Director de la Escuela y el Paramédico (Paulo Leyton e Iván Villarroel) con el auspicio de FONDART, en el que se realizan una serie de entrevistas a distintas pobladores y pobladoras
Esta localidad fue producto de un poblamiento espontáneo de pescadores artesanales que llegaron para explotar la Merluza del sur a mediados de la década del 80. En un principio fue solo un campamento plagado de ranchos de plástico en los que habitaban grupos de pescadores que se conocían y se organizaban para subsistir durante el periodo que pescaban. Dado las características del poblamiento y el hecho de que los precios pagados por la merluza eran altos, algunas veces el exceso de alcohol y el aislamiento extremo generaba problemas de riñas y la mayoría de los pescadores optaban por no llevar sus familias a la zona de pesca.
A mediados de 1991 apareció el Padre Ronchi por esta zona (en ese tiempo conocida como Toto o Gala), para asistir a las personas que trabajaban en la pesca, seguramente atraído por las historias que contaban pescadores de Puerto Cisne y Puyuhuapi que constantemente viajaban a trabajar a Toto. Se dice que desembarco de un bote de pescadores que lo llevó desde Puerto cisnes y comenzó a conversar con las personas del lugar, habría desembarcado en la Caleta Lenga donde se encontraba un grupo de pescadores provenientes de la 8ª región. De inmediato organizó una reunión-misa, como era su costumbre, y planteo él mismo las necesidades que el veía y en las que podría colaborar. La ausencia de cualquier atención (solo había ronda médica una vez al mes o cada dos meses si el clima lo permitía) el desamparo total en el que vivían estos pescadores, llamados nómades del mar, hacía imposible pensar en conseguir mejorar las condiciones de vida para cualquiera de ellos. Cuando se fue de Isla Toto, esa primera vez, se llevó planes para fundar el pueblo como tal y así poder conseguir los beneficios del estado que requerían estas personas. Existe incluso un acta de fundación del pueblo, que el padre Ronchi firma junto con una centena de pescadores y que luego presentaría a las autoridades de la región para conseguir apoyo. En definitiva, y por razones fáciles de deducir, el padre comienza a planificar junto con la comunidad la instalación de una antena de radio y televisión ( lo primero que empezó a funcionar), la construcción de una capilla, una posta y una escuela, construcciones que a principios del año 1993 ya estaban casi listas. De hecho la escuela internado “Madre de la Divina Providencia” comenzó a funcionar con cerca de 50 alumnos, de ellos treinta internos, en marzo de 1993 sin autorización del ministerio de educación. Los primeros funcionarios de la escuela fueron: Un uruguayo, Emilio Anchorena, su esposa Flor y sus dos hijos provenientes de Santiago; Miriam Barria, Inspectora de internado en Chiloé, y sus dos hijos; los profesores Mylene Muñoz y Paulo Leyton , con su hija de tres años y su bebe de 6 meses, provenientes de Curicó . Ellos más Jorge, el auxiliar, la señora Ema, Ester y Jobita, las cocineras y el Tata Paredes, el panaderos, fueron los encargados de hacer funcionar esta escuela internado en los comienzos de ese año 1993. En agosto de ese año el Ministerio de Educación reconoció la escuela y aprobó entregarle la subvención del estado para su funcionamiento y el pago de los profesores, en ese momento figuran Paulo Leyton como director de la escuela internado, Mylene Muñoz y Miriam Barría como profesoras, Moisés Mansilla como inspector de día y Flor como inspectora nocturna.
El funcionamiento de la escuela permitió a los pescadores poder traer sus familias, neutralizo las conductas de la localidad y generó un polo de desarrollo que le padre Ronchi mantendría por medio de cursos de capacitación usando como base la escuela. Mas información sobre la escuela podrá encontrarla en ESCUELAS FUNDADAS POR EL PADRE RONCHI.
Hay muchos acontecimientos y personajes ligados a este proceso que duró hasta diciembre del año 1997, año en el que el padre falleció. De las innumerables ideas y proyectos que emprendió en puerto Gala podemos mencionar la construcción de la Escuela Internado , el puesto de auxilio para el paramédico, la capilla, el gimnasio, la planta conservera, caseta y motor para la luz. Pero muchos de ellos no se concretaron como la planta de frío, la planta de conservas de Playa Bonita, la turbina en playa Bonita, el centro de cultivo de choritos y el galpón astillero entre otros.
Después de la muerte del Padre Ronchi los dirigentes de la junta de vecinos (Flavio Cordano, Alberto Castilla, entre otros) continuaros este proceso hasta lograr ser reconocidos como pueblo por el estado chileno e3l 21 de agosto de 1999
Testimonio de este periodo es el libro escrito por Mylene Muñoz , profesora de la escuela hasta el año 2.002 titulado “Los Hijos de Ronchi”, ejemplares que pueden ser pedidos y adquiridos por medio de esta Fundación.